domingo, 1 de abril de 2007

El ejercicio de perder para ganar




Desprender
el primer botón
para rozar
un traje fresco
sabor a damasco
color plenitud
llama la atención

Desprenderse
como una gota gorda
del brote delicado
que apenas alcanza
a ver la luz
es una buena actitud

Desprender
perfumes exóticos
como flores
enamoradas del misterio
que habita en la selva
es contagioso

Desprenderse
de todo lo que intenta
sujetar, de la idea de llegar
por un atajo
de aquello que aparenta
vulnerable
es igual
a poner el pie
en la llegada

Desprender
un halo de alegría
resulta indispensable
para quitarse la ropa
y circular
sin que adviertan
nada más
que la sonrisa

Desprenderse
y poder bendecir al hacerlo
implica doblemente
desarticularse aunque duela
conectarse a la luz
y ganar

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