sábado, 28 de febrero de 2009

Ilaciones de la pausa y la verbena



“Fue justamente
por esta insolencia mía
que me he vuelto topacio.”
G.M.




No es por tu causa o la mía
o por el aspecto áspero del cuenco
que me arropo en la poesía. No creas
que por este traje símil piedra
dejo de ser hermana gemela de la seda.

No es porque no te haya visto antes
con tu andar veraniego
un día grisáceo
en el cruce de las calles principales
que prefiero el invierno.

No existe una razón que me disculpe
por haberte dedicado una sonrisa de mala muerte
por haber ignorado tu nombre
titubeado un triste : - hola…- que sonó
a “no me importas”. Sólo pensaba en la pausa
ésta, que confisca mis horas y mis letras en la espera.

No juzgues al día antes que amanezca.
No inhumes las palabras de astracán.
Infiéreme. Y no me llames intrépida
cuando el silencio a secas
tras humillar
laurea.

jueves, 26 de febrero de 2009

Al ritmo de Tagore

por Graciela Malagrida

Aquí estoy, frente a mi lap, mirando con la misma intermitencia de la brisa por la ventana. Tratando siempre de encontrar el nexo divino en las vidas de gente corriente, de todos los seres vivos, de grandes y pequeños, donde me incluyo. Suena de fondo inspirational music channel y comienza el viaje al mundo poético, filosófico, melódico de Rabindranath Tagore.
Tras zampar en la fruición que me produce la lectura de sus logros, sus poemas, historias cortas, diarios de viaje, cartas, y ensayos; sus pinturas y célebres canciones – hoy himnos - completan el cuadro de este sabio reformador cultural del arte bengalí, que transgrede las paredes de la historia, y los límites terrenos, saciándonos de lucidez.
Su huella ha quedado en nuestro idioma, unida a los nombres de Zenobia Camprubí y Juan Ramón Jiménez, cuyas traducciones de la obra son las únicas versiones castellanas aprobadas por el autor y consideradas prodigiosas labores de recreación literaria.

De su estadía en Argentina (1924) en la quinta Miralrio, Victoria Ocampo nos deja un registro de vivencias junto al escritor, en su libro “Tagore en las Barrancas de San Isidro”. Desde entonces, esa “dorada bengala” no ha dejado de brillar con más fuerza, en esta porción plateada del planeta.

Ahora tengo que detenerme en un punto que congrega hasta las estrellas del cielo y sus primeros fulgores, este verso:

“Si queréis comenzar a educar a los hijos de los hombres, cultivad en vosotros el espíritu del niño eterno”

Aquí alude a su exquisita sensibilidad y vocación por la educación, a la que todos deben acceder para buscar la verdad y ser libres. Y debo dejar que se me empapen los ojos una vez más y para siempre cuando a la hora de escribir acudo al niño y lo publico a modo de ejemplo. Vasanti, la niña de “El asceta” simboliza estos ideales. Pues, se define en “Tránsito”:




“Sólo una parte de mi don está en este mundo; lo demás está en mis sueños”.




Y asegura:


“El hombre es innatamente un niño, su poder es el poder de desarrollo”.



Tagore, entusiasta de la cultura del espíritu, nos marca con ternura inmensurable, con una vida dedicada al bien de sus semejantes desde su credo humanista. Credo que lo conduce a poner en acción ese amor por los indigentes, por los que tienen sed y hambre de justicia y alfabeto, de misericordia y pan. Su escuela experimental primera, su semilla, es hoy un bosque, al alcance de todos.

El deslumbra al principio de su vida como al final, pues en todo momento elogia la Alegría como la fuerza primordial, como el primer gesto de la creación y como energía impulsora del servicio. Su Himno a la alegría de los Niños alaba la vida de este modo:



“Vi que la vida (es) servicio. Serví y vi que el servicio era alegría”. “infinita luz de la alegría procedente del amplio amor que es todo el mundo”.



Y como la vara tutora de una planta tierna, preceptúa la “Bhagavad Gita” (cap. III, 20; trad. F. Tola)



“Debes actuar pensando sólo en el bien del mundo”


Dharma
por Graciela Malagrida

Al ritmo de Tagore
ansío la comunión con todo lo creado
y en el uni-verso estribo sin espuelas.
La felicidad me la gano día a día,
como “La mendiga” el pan,
como el niño de rodillas sucias
que menesteroso recorre descalzo las orillas
y recoge el alimento cardinal
en las plateadas aguas de Dios
en las arcanas razones del Paraná…

Al ritmo Tagore, los poetas
de este rincón mundo
pretendemos encendernos
expresar nuestro talento único
ser bengalas, fluir profusamente
desde la modesta palabra que riega precisa
los límites de la Tierra adulta
los relojes derretidos en el cielo
los deseos del corazón
del niño
eterno.

Clima de tormenta

por Julio Miguel Panchuk




En esta noche suena:
“Stormy Weather”
Y se ve esa diva recostada
sobre la ventana
abierta.
Ha hecho mucho calor,
más que del que imaginas.
O qué recuerdas…
Y ella allí,
simplemente quitándose
la bata de seda.
Mostrando su desnudez al viento
frío que alienta la tormenta.
En este tiempo de tormenta.

Te vez tú. Sí. Siento que sí.
Ah, queda tan poco tiempo!.
Para que te recuerde como siempre
todos los febreros.
Que no dejemos atrás
las vestales que nos miraban
cuando hacíamos el amor.
En esas noches de calor.
Tumbados en cualquier mesa.
En cualquier mesa, nuestra.

Suspirando. Por el calor y por el sexo.
Éramos el amor soñado. Tú piscis, yo tauro.
Rezábamos para que no termine.
Y terminaba, y comenzaba.
De vuelta.
Qué ha sido de nosotros?

Estarás de vuelta. Soñando, viajando,
por esa dimensión tan nuestra.
Sola. Sola como todas las cosas que se
detestan. Y que se sueñan.

Es “clima de tormentas”. 1.943 viene
viajando del ayer.
Viene de un ensueño gastado y toma lo que da
y quita lo que quiere.
Oh. Amor!
Ha pasado tiempo, no es suficiente
tanto sufrimiento…

Mira, que yo, aquí estoy con este gastado ramo
de rosas.
Tiene más de catorce años en mi mano.
Y nadie lo ha recibido.
Y sigo cantando en voz baja
esa canción “Stormy Weather”.
(clima de tormenta).
Creo que he de morir, y seguiré entonando
en las noches de la eternidad,
esa canción que huele a sensualidad. A cuerpos
pegajosos.
Siempre has tenido ese pecado, demasiado grande
ese pecado de soberbia.
Que no logra quitarte el tiempo, ni mis recuerdos.
No huirás esta vez.
Te seguiré mirando, como en los “viejos tiempos”
te seguiré esperando.
A que bajes del bus, con esa cosa tan tuya
con esa sonrisa.
Y nuestra mesa, y nuestro amor, riéndonos de todo,
y de todos.
Tan ricos en la más miserable escena
que nunca fue para nosotros miserable
en toda la historia de los tiempos.
La mesa del amor.
Mira bien, qué nadie te engañe,
que nadie te amó como yo, te amé,
Como yo te amo.

Y hoy más que nunca, maldita.
Hoy que hay clima de tormenta.
Hoy que quiero tus besos, y tu sonrisa de niña
repercutiendo como siempre,
como címbalos, como retiñendo, como
sonriendo a la eternidad los dos.
Aunque alguien que no conocemos,
nos haya confinado al recuerdo.
Mañana es tu cumpleaños,
siempre, es tu cumpleaños. Te regalo,
maldita, amada maldita,
Estos tulipanes hurtados. Negros
como todavía negros
siguen siendo tus ojos,
Por más que te hayas teñido
el cabello.
Por más que hayas decretado
Nunca más verme
Yo te seguiré esperando por más que sea
un duro y solitario, huidizo, terrible,
“Stormy Weather”. Clima de tormenta.
En mi “Packard” descapotable.
Para mojarnos, empaparnos, y desafiar
él rayo como por última vez.

jueves, 19 de febrero de 2009

Tendales: Clamoreo cromático

por graciela malagrida


1

El cielo gris
La rama gris
Y en ella
Un pájaro bicolor
Lleva en el pico
Mi secreto.

Mi secreto
Lleva en el pico
Un pájaro gris
Y con él
La rama bicolor
El cielo añil

2

A estas alturas
me cuesta creer
que exista alguien
que pueda prescindir
o sentirse ajeno
al diseño exclusivo
de cada amanecer

3

Y entre otras exclamaciones
la del trueno
es la que más de una vez
me dicta: basta!.
Luego las nubes sueltan dos gotas
como compungidas por mi cara de susto.
Y todo pasa. Todo el espectro
vuelve al tintero, al teclado
al cariño azul lavable
de las letras…

4

Sólo entonces
a ritmo de relámpago
baila con todos la noche bella
y eternamente negra
suelta su larga cabellera
sus sueños azabache
sus estrellas
y logro lacrar los ojos
.
.
.
Al fin
cicatriza la vigilia.

5

¿Alguien piensa todavía
que cada verso es una isla?

¿Alguien se ha visto alguna vez
como una letra?
¿se ha unido a otra buenamente
para ser escuchada?
¿ha sonado diferente? o acaso
¿ha callado y calado el alma del poeta
más que la hache?

¿Alguien piensa todavía
que el viento puede arrancar
la palabra que ha prendido?

6

¿Y ahora?
...
no sé
porqué
me miras
con esos
ojos
miel
.
.
.
amedrentas
a la muerte!

7

................
................
................
stop.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Dilecciones y embate

por graciela malagrida



Y ahora
voy a tener que herir al agua
con esta vara
con esta lengua espadachina
con este ojo derecho
y no me voy a detener
mientras el izquierdo te vea
gimoteando de sed, desguarecido.

Lo voy a hacer ahora
que no temo pisar a las serpientes
ni al desánimo o a la falta de fe
ni al supuesto castigo, para el que se atreve
a volver el rostro sobre aquellos sin rostro
a echar flores sobre deshonras
a mudar, esos gestos arteros
al planeta de la paz
.
.
.

y te voy a empujar
hasta que vueles.
Lo prometo.

sábado, 14 de febrero de 2009

Esta guapa providencia

por graciela malagrida




¡FELIZ DIA DE LOS ENAMORADOS!

Véanse en la casa los ventanales
adviértanse las luces
que como peces tropicales
se comportan territoriales y graciosas.
Tómese posesión del dicho plexo,
del gesto matinal, del atributo digno de respeto.

Y llámese a todos por su nombre:
al perro, amigo
al sustento, Dios
al esposo, amado
a la esposa, bendita
a los hijos, retoños
a los padres, preludio
a los ancianos, pozo de ciencia
a los amigos, hermanos
a los hermanos, sangre.

Silénciese el juicio en un rincón
junto a todo atisbo de apariencia o simulacro.
Véanse en las manos el trabajo
en las arrugas, expresiones sin dobleces
y priorícese en los ojos de cada cual
el verdadero fluir
del plan maestro.

Apréciese la vida de este modo:
pensando en lo bueno, lo justo, lo sobrio
lo santo. Renovando a diario el ánimo
del pacto que nos blinda
con la alegría de ser
herederos de los sitios sin linderos
y de todo lo que toca el candor, su fulgor…
incluso de esa
palabra que aún, no ha sido pronunciada.

miércoles, 11 de febrero de 2009

La quinta esencia

por graciela malagrida


Es el que aniquila al dolor
cuando rima con flor
aunque nos hayan deshojado...

Es un misterio develado en el intento
de rimar y remar
a contraviento.

Es que ese nombre “Amor”
concentra las esencias generosas y las combina
no tan lejos de los cardos, no tan cerca de las rosas:

Muele almizcle con tu nombre
y una pizca de polvo de estrellas
se le escapa…

Ya eres mi amado colibrí
y yo
tu dulce fresia


y somos enormes y eternos
cuando amamos
en este mix retal, de cielo y tierra.

Rta.:


Es Dios quien conecta las cosas, Dios es
el que riega las rosas
y si por Él se muere se vive
y si por Él perdiste has ganado
.
.
.
y al final como al principio del camino
Dios es igual al destino
ese, al que llaman Amor.

Zoom del alma mía

por graciela malagrida



Hoy hice una oración para pedir
vivir entre tus brazos
tus dedos, tus ojos, tus palabras.
Mi afán era vivir sin afán
como las flores.

Hallé en tu tornasol mi introjardín
en la fragante respuesta de tu aliento
la ración de libertad, el vigor, esta cosecha
en tu percepción encumbrada del vacío
la utilidad del cuenco y del poema.

Hoy hice una oración para pedir
y terminé dando de mí
mucho más de lo previsto. Así
atestaste de claraboyas mi cúpula
y la colmaste de ti…

Sonreíste y temblaron los versos tibios
del uni-verso todo.
Enmudeció el gemido del planeta.
Y remozaste entonces el misterio de la carne.

Ya entreluces, pude afincarme
a mis anchas
en las tuyas
.
.
.
y sentí
sentí las llagas…

Hoy te amé como nunca
lo confieso.

lunes, 9 de febrero de 2009

De plumas y acrobacias

por graciela malagrida


Debajo de una
de tus alas
un día como hoy
dejé de sentir frío.

-hasta me gusta el invierno
desde que te conozco... -

Debajo de una
pluma tuya
comprendí que era hora
de volar.




Luego me recosté
en el almohadón de plumas
me envolví, como un gusano de seda
en el viejo edredón de letras
y vi por la puerta balcón
un cielo celeste mar, holgado
repleto de nubes espumosas
que reclamaban al viento, barriletes
palabras sueltas, ligeras de ropa
poemas recién nacidos
niños acróbatas, felices, como mariposas
migraciones, quizás
nuestro vuelo.


-Fue así que vencimos al silencio.
Sí claro, así fue. Y nos convertimos
en agricultores, sembrando poesía
en toda la Tierra
por siempre jamás-

viernes, 6 de febrero de 2009

Mi ciencia infusa

por graciela malagrida



Debajo del disfraz
de la palabra
del verso más azul
del arco iris
detrás de la sonrisa y de la lágrima
uno, no es uno más
ni igual a otro.
Uno es todo y mucho más:
uno es la nada.

Y la copla que se gesta en la congoja
dejando expectante incluso al firmamento
es la sangre y uno mismo
impreso en el sumario divino del silencio
del espacio milagroso que separa
el néctar de la flor
sin que le duela.

Como un resfrío de verano es uno herido
como la pena expuesta en la mirada.
Todo se esfuma hasta la nada.
Uno solloza hasta la calma.
Como el viento que se lleva las hojas del otoño
y las congela en el alma del invierno
uno pasa, discurre, muchas veces sin ser visto;
como el que vaga entre las sombras de la muerte
implorando piedad, convocando a la suerte.

- Se esfuma uno, sí.
Mas resplandece y se esfuma
felizmente … -

Y todo va
traspasando esto que es uno
va tanteando el fondo del ocaso
y un buen día, sin haberlo proyectado
sin haber comprendido
el énfasis discreto de la hormiga
o el desliz del murmurar de las palomas
uno advierte conmovido, desde afuera
que es el fin, el rector principio del principio
de la nada, del todo
de uno
y del poeta.

martes, 3 de febrero de 2009

Inclinaciones

por graciela malagrida

on

Ella
dio el si
y naturalmente
se le iluminó la mirada.
El
no tuvo dudas
al pronunciarse a favor
de tanta claridad.

En efecto,
se encendieron
se entendieron
se engarzaron
como piedras preciosas
.
.
.
Y juntos
o mejor, inseparables
como hermanos de leche
hallaron más
y más
inteligencia.



off

El
dijo que no
tan a secas
que le raspó la garganta.
Ella
expulsó: -¡no, no!
como sacándose de adentro
los demonios.
Ellos
antepusieron “no” a toda luz
y apagaron
monosilábicamente
la poesía
y todas
las estrellas.

Después
no hubo después
ni calendario lunar
ni fechas patrias
ni cálidas razones
tras la grieta
para volver en el tiempo.