lunes, 31 de enero de 2011

Alegoría del verano

por graciela malagrida




1

Todavía siento mis dedos
rastrillando el mar. Ese oleaje verdoso
toqueteando una canoa raída, circunspecta
abandonada al vano juicio, pasajero
de los que andan en busca de tesoros
sin alma de pescador, sin redes… y naturalmente
no la ven. Como tantas cosas
que subyacen lo fatuo, las playas mansas
las fachadas coloridas, las bambollas.
Como el vital vuelo de la gaviota
que inútilmente apresas en tus manos
como los nubarrones, las celliscas
la ira, la pavura, la inclemencia
que vistas desde arriba
son sólo hojas de la historia
de un feliz dibujante
anónimo.


2

He comprobado
que hay otro cielo arriba del cielo
un Arco del Triunfo pasando el arco iris
y cálidos días
después de la tormenta.


3

Todavía investigo las causas del ocaso
los principios de la luz y del reflejo. Todavía corro
en busca de mi padre y lloro a escondidas
como una chiquilla. No he perdido la costumbre
de pasar revista a todo lo creado
y compararme a las cosas pequeñas
para sentirme así, como una luna nacarada...
Todavía intento ver caras en las nubes
tendida en el piso del poema.



4

Esta es la vista panorámica
detrás de un cartel que versa: “Calma
el amor siempre triunfa”.
En efecto, puedo mirarte tersamente
puedo tocar en tu frente
el horizonte…


5

Todavía recojo corales erosionados
misteriosas lágrimas petrificadas
y huellas del tiempo
cuando sube la marea

y puedo amarte
como una párvula perla ama
a la celosa ostra
que la abriga.


6

...y viajo en parapente
por encima de mi
y sueño y sueno
y rimo y remo
muy lentamente.

domingo, 9 de enero de 2011

La noble pérdida

por graciela malagrida




Malva, el mar
habla abiertamente
de su hondura
de la vida más allá de la vida
de las transmutaciones.
Sin embargo, algunos aún
reclaman coyuntura, sazón
en este mundo…

Veo que
todas las lágrimas van al mar
y en el camino
cambian su forma
a modo de muestra.
Nada más debo suponer
cuando veo rodar
los paradigmas.

Malva, el mar
irrumpe y quiebra asiduamente
en el Muro de los Lamentos...
Veo y callo, oigo y callo
y como una caracola
cultivo letras, granitos de arena
los envuelvo en mis pieles
de nácar.

Es que sólo Dios sabe cómo
tornar líquido el verso
o en baobab la semilla
o en mariposa el gusano
o en seda, la senda del que aún clama
tras haber arrasado
con su espléndida, generosa
ola de amor.

Es que sólo Dios sabe
cómo tornar lágrimas
en tesoros del fondo
del malva mar...Ambos
me han dragado
tantas, tantas veces. Ambos
me han sellado los labios
y desatado las manos
...

Malva, el mar
se ha pronunciado
transparente.