domingo, 26 de marzo de 2006

Sì, sìiiii...somos unos vivos bàrbaros!


El gentil aporte a la red de Giancarlo Livraghi, autor, entre otras cosas, de La coltivazione dell'internet y el reciente L'umanità dell'internet, nos limpia un panorama del comportamiento humano, q me deja boquiabierta una y otra vez (asì, como estùpida...¡jaja!). Pero aùn màs sus apreciaciones acerca de las innumerables formas de quejarnos o programar fallas para luego llorarlas y/o evadir culpas...etc, etc...En "El arte perverso del lloriqueo" cita por ejemplo que: "Estamos naufragando en los lloriqueos. Chiagni e fotti, dice un antiguo e intraducible proverbio napolitano. Parecería que este falso arte es practicado hoy con inusitada frecuencia y desfachatez. Entre lágrimas de cocodrilo, prevaricadores disfrazados de víctimas y justificaciones falsamente piadosas para toda clase de fiascos o de trampas - corremos el riesgo de hundirnos en un pegajoso y viscoso pantano.Entre los más apasionados cultores del lloriqueo están los insufribles del spamming. Dicen que no es culpa de ellos, que fuimos nosotros quienes hemos pedido esas cosas..." y miles de estupideces x el estilo q vivimos planteando a modo de disfraz de estupideces mayores.

Por esto y aquelllllllo y para no irme x las ramas me encantarìa enumerar las Leyes y dejarles el link de un art. que se titula El poder de la estupidez (leer art. completo)


Las Cinco Leyes de la Estupidez
por Carlo Cipolla

Primera Ley


Siempre subestimamos el número de gente estúpida.

Esto no es tan obvio como parece, dice Cipolla, porque:

a. gentes que habíamos pensado como racionales e inteligentes repentinamente resultan ser estúpidas sin lugar a dudas.
y
b. día tras día nosotros estamos afectados en cualquier cosa que hagamos por gente estúpida quienes invariablemente se aparecen en los lugares menos apropiados.
El también observa que es imposible establecer un porcentaje, ya que cualquier número que escojamos será demasiado pequeño.

Segunda Ley

La probabilidad de que una persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la persona..

Si estudiamos la frecuencia de la estupidez en las gentes que llegan a limpiar los salones de clase después de que se han ido los alumnos y los maestros, encontraremos que es mucho más alta de lo que esperábamos. Podríamos suponer que está relacionada al bajo nivel de educación, o al hecho de que la gente no estúpida tiene mejores oportunidades de conseguir buenos trabajos. Pero cuando analizamos a los estudiantes o a los profesores universitarios (o, añadiría yo, a los programadores de computadoras) la distribución es exactamente la misma.
Los militantes feministas pueden encenderse, dice Cipolla, pero el factor estupidez es el mismo en ambos géneros (o en tantos géneros o sexos como usted decida considerar). Ninguna diferencia en el factor épsilon [estupidez], siguiendo a Cipolla, se puede encontrar por raza, condición étnica, educación, etcétera.

Tercera Ley (la de Oro)

Una persona estúpida es alguien que ocasiona daño a otra persona, o a un grupo de gentes, sin conseguir ventajas para ella misma – o aun resultando dañada.
(Regresaremos a esto, porque es el concepto central de la Teoría de Cipolla)

Cuarta Ley

La gente no estúpida siempre subestima el poder de causar daño de la gente estúpida. Constantemente se les olvida que en cualquier momento, y bajo cualquier circunstancia, el asociarse con gente estúpida invariablemente constituye un error costoso.

Esto sugeriría (diría yo) que la gente no estúpida es un poco estúpida – pero regresaré a este punto al fina

Quinta Ley

Una persona estúpida es la persona más peligrosa que puede existir.

Esta es probablemente la más ampliamente entendida de las Leyes, si bien solamente porque es del conocimiento común que las gentes inteligentes, sin importar lo hostiles que puedan ser, son predecibles, mientras que las gentes estúpidas no lo son. Además, su corolario básico:
Una persona estúpida es más peligrosa que un bandido
nos conduce a la parte medular de la Teoría de Cipolla. Existen cuatro tipos de gente, dice, dependiendo de su comportamiento en una transacción:

Desgraciado: alguien cuyas acciones tienden a generar auto daño, pero que también crean ventajas para alguien más.

Inteligente: alguien cuyas acciones tienden a generarle ventajas, al igual que ventajas para otros.

Bandido: alguien cuyas acciones tienden a generarle ventajas, al mismo tiempo que ocasionan daños a otros.

Estúpido: ya tenemos esta definición en la Tercera Ley.

Vean la segunda parte de El Poder de la Estupidez y la tercera parte La Estupidez del Poder

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