por graciela malagrida
Un jazmín mira el atardecer
y al suspirar, expele aromas añiles
que evocan siestas
en el gran patio de aquella casona nuestra.
Un jazmín bicolor, testigo de mi infancia
señala en silencio
el cielo encendido
en el mensaje.
Y mira él
fijo a los ojos
e increpa él
hasta los huesos huecos de las aves.
Y se deja ver
tan inocente
tras tremendo acto
violáceo, de omnisciencia.
Y me ignora luego
a modo de juego...
y sonrío y muero
de amor y denuedo.
Un jazmín embebido en mil albores
extracta el alma de Dios en el rocío
y a cuentagotas sacia esta sed
de primores y quisquillas.
Y me halaga él como ninguno
dejando entrever
su pulcra
preferencia…
Y rubrica el cielo cerúleo de la tarde
cerrando sus pétalos
a tiempo con mis párpados
en el descuido mismo, del suspiro.
Y juntos pedimos un deseo
a la primera y última estrella que nos lía:
“Por siempre aroma a amor en la hoja tierna, en el poema.
Por siempre suave y fragante, efluvio de jazmines”
sábado, 27 de agosto de 2011
El fragor de los jazmines
Publicado por Unknown a las 01:26:00
Etiquetas: "facebook", "fotografía de Graciela Malagrida", "poesía de Graciela Malagrida", jazmines
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Amei esses versos "Y juntos pedimos un deseo
ResponderBorrara la primera y última estrella que nos lía:
“Por siempre aroma a amor en la hoja tierna, en el poema.
Por siempre suave y fragante, efluvio de jazmines”
Um abraço, Yayá.