sábado, 27 de agosto de 2011

El fragor de los jazmines

por graciela malagrida




Un jazmín mira el atardecer
y al suspirar, expele aromas añiles
que evocan siestas
en el gran patio de aquella casona nuestra.

Un jazmín bicolor, testigo de mi infancia
señala en silencio
el cielo encendido
en el mensaje.

Y mira él
fijo a los ojos
e increpa él
hasta los huesos huecos de las aves.

Y se deja ver
tan inocente
tras tremendo acto
violáceo, de omnisciencia.

Y me ignora luego
a modo de juego...
y sonrío y muero
de amor y denuedo.

Un jazmín embebido en mil albores
extracta el alma de Dios en el rocío
y a cuentagotas sacia esta sed
de primores y quisquillas.

Y me halaga él como ninguno
dejando entrever
su pulcra
preferencia…

Y rubrica el cielo cerúleo de la tarde
cerrando sus pétalos
a tiempo con mis párpados
en el descuido mismo, del suspiro.

Y juntos pedimos un deseo
a la primera y última estrella que nos lía:
“Por siempre aroma a amor en la hoja tierna, en el poema.
Por siempre suave y fragante, efluvio de jazmines”

1 comentario:

  1. Amei esses versos "Y juntos pedimos un deseo
    a la primera y última estrella que nos lía:
    “Por siempre aroma a amor en la hoja tierna, en el poema.
    Por siempre suave y fragante, efluvio de jazmines”

    Um abraço, Yayá.

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