domingo, 20 de noviembre de 2011

Pétaloteraphy (el sueño de la hormiga)


Cuando despertó con el corazón en la boca
cayó en la cuenta de que el agua de rosas
y aquella sensación de haber dormido
cubierta de pétalos carmín
no había sido un sueño.

Es que una hormiga diminuta
no piensa en esas cosas... Así pues
hizo lo acostumbrado, ser predecible
casi aburrida
y miró el cielo buscando la luna
pero estaba ausente con aviso
al igual que su estrella guía.

De todas formas, era de buen gusto
mostrarse agradecida, entonces reconoció a la llovizna
que impávida, le mojó los ojos
y a modo extremo, de contraste y despabilo le dijo:
- Eres cálida y a mí nada me amorata.- Y siguió:
- Tiemblas pequeña, tiemblas
pero vas impasible en busca de la ternura…
por eso, sólo por eso me conmueves
.-
Y terminó: - ...duérmete ya
que mañana es hoy y es otro día
y alguna, parecida a mí, menos brumosa
te mostrará cómo es que el arco iris
pacta con el reino de los cielos
ciertos tonos inéditos y el talante mismo
del mar. Duérmete ya mi pequeña
que así, callada y dócil como eres
me has enseñado bastante

acerca de la grandeza -.

Asintiendo, se acomodó debajo de las hojas
de una plantita rastrera, entre guijarros pulidos
que a fuerza de estar cerca, tan cerca unos de otros
le hicieron sentir la calidez
si, si, la calidez que también tienen
las piedras…

Y soñó con un camino
con una infinita sucesión de hormigas
construyendo una torre de tierra invertida
con terrones extraídos grano a grano, del Pan de Azúcar
con Dios emocionado echando lágrimas
y con un colchón de hojas verdes
iluminadas adrede por la luna…

Soñó soñó soñó
y al despertar cayó en la cuenta
de que el agua de rosas y el amor por el amor
y el mar y el no sol y las gaviotas
se le habían impregnado
en el poema


(continuará…)

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