El cielo en llamas no asusta a los ángeles
ni a su descendencia terrena
sólo algunos cuervos se esconden
en los ojos
de los muertos. G.M.
Fotografía de João Castelo-Branco
El cielo ardiente es lava
fusión de aquella
roca fluida
que ya nadie ve
en su forma primigenia.
El cielo baldea, friega y adecenta
cuando escalda espaldas agotadas
espaldas sin hélices, extremos sin plumas .
Y por antonomasia y pura complacencia
busca embocadura en los dolidos.
El cielo nos mira, nos llora, nos entierra
nos resucita con golpes en el pecho
descifra rogatorios y expide
pinceladas sublimes cada tarde... Y la noche
la noche es cenáculo de luces
donde inflama a estrellas
alados y mortales.
El cielo… el cielo…
el cielo me deflagra.
Gracias Graciela,
ResponderBorrarMe encanta mucho tener un poema dedicado a una foto de mi autoria.
Esto sin palabras...
João
Gracias Gracie, como hacer para observarte en ese instante.¡¡¡
ResponderBorrarO céu que nos descobre, muito lindo. Saudações, Yayá.
ResponderBorrarthis is a great post,thanks
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