lunes, 8 de junio de 2009

Hibernum

por graciela malagrida

Tristeza de Deméter
has provocado este
caer de hojas sobre hojas
este
crujir de cristales bajo los pasos
aquel
quejido endeble de los pájaros
aquella
doliente campanada
al ángelus.

Ella se ha ido con Hades
hasta el equinoccio de las flores
-Lo sabes,…no llores!
¡no me partas al medio!-
no congeles la aurora
no hagas más
escarcha sobre versos!

Ella volverá
sobre tu órbita elíptica
reclutando mariposas y zorzales.
Ella reculará
una y mil veces
como todas las miradas
sobre la rima posada en esta rama.

Te prometo Deméter
que si eres clemente con los pobres
con los que habitan los umbrales
sin pan y sin cobija
podré emularla. Sólo quiéreme
como si fuera tu amapola
o la gavilla que nace de tus manos.
Adóptame y calma tu angustia
admíteme, hasta que vuelva ella
y la bendigas.

Intentemos ser madre e hija
portavoces de los frutos, lugartenientes.
Intenta descansar en esta piedra
en el fundamento creativo
o en el mullido pecho del poema
hasta el equinoccio
de la verbena salvaje
y de las flores

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