jueves, 27 de septiembre de 2007

Jules & yo en sintonía, siempre




Eres…qué decir, la música, el silencio
que no tiene más que decir,
ante el sereno campo de la muerte.
Me pregunto: ¿Y yo, qué soy para ti?
abajo,
donde viven los interrogantes más
importantes, donde quizás tu vives…
Con millares que esperan ser despiertos.
Un día.
Ni Él lo sabe…
Solo su Padre.

Me pregunto, estaré allí, y me sentaré
Frente al sicómoro a llorarte.
Linda, tu frente parece que suda,
o es una ilusión mía,
demasiado Amor, para que sea una ilusión.
te veré, estoy seguro, pero
a la vez te lloro.

No se que me hiciste?
Acaso, bella e iluminada
creaste mis fantasmas
Yo soy tu, tú eres yo?
Dos contracaras
de una misma moneda, acuñada por el
insólito Dios que nos mira a ambos,
dicen,
en España (miento)
Que todos aún así somos contados.

Se que eres la música y el silencio.
Pero a la vez, no eres no eres nada.
O la música o el silencio…
No me mientas,
con esa melodía que desprenden las piedras
y parte de la marea del inmenso mar.
Querida. Tanto tiempo estuve escuchando la
misma canción.
No crees, Vida…, que es hora de quitar otros tañidos
al laud propio de la vida! El que me pertenece.
tengo otra oportunidad, dime…si no calla,
para siempre.




De sólo verte




Te vi
tendido en los sueños graves
refulgiendo, color granate
sumido en la ausencia del alba
en la delicia del Verbo
cuando renacía el uni-verso.

Te vi mientras Él
tallaba tus perfiles
y te mecía
tomándote las manos,
tiernamente...Ví
que contaba
tus caminos verdes
y tus pelos.

Te ví
cuando no era yo quien soy
cuando el sol me había templado ya
lo suficiente
cuando ardía el poema
en la palma de las manos.

Te vi entre mis pestañas
anunciando la belleza fractal
esparciendo capas de calma
sobre el magma
precediendo en puntas de pie
a las sombras, hijas de la luz
a todo acto divino.

Te vi
y desde entonces
no puedo hacer más
que resultar alegre y disonante
con el silencio aciago
o simplemente dejar
que el gong del amor
dicte la pausa.

Yo te vi
reinventando las noches
rodeado de musas
derrochando encanto...
y sentí el sonido delgado
vibrando en las entrañas.

Te veo pues
te ví, te veo y toco nubes
y luego me recuesto
sobre la mullida idea
de ser como la noche
eterna, musa, inspiradora.

Sí , sí...
aún respiro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

gracias x el comentario! no dejes de orbitarme!