lunes, 18 de octubre de 2010

Pulgarcita

por graciela malagrida


¡Por poco soy la merienda de los aguiluchos...! G.M.



Fui feliz por un tiempo
cuando ignoraba el daño que causaba
rebuznar. Después creí
haber encontrado una puerta
una rústica escalera… ¡ilusa de mi!
Trastabillé y rodé de buenas a primeras
me raspé, sangré por la herida
como cualquier mortal… Esa fue
la mejor experiencia de mi vida.

Seguí mirando los pájaros al caminar
esta vez, pisando firme
rearmando archipiélagos
y mundos
remotos.

Fui feliz por un tiempo y la mitad de otro
y más, cuando decidí
mandar a la hoguera
relojes, Tsunamis, pesadillas…
cuando resolví perdonar
a ese hombrecito de barro
y lo rescaté de la lluvia
ácida.

Supuse que ese
fue el fin de las hostilidades
y el principio infinito
de la paz… ¿Crédula
caprichosa, lunática, poeta?
Si, todo junto! ¿te imaginas?
Yo, a paso de tortuga husmenando las flores
tu, en tu nave repulsa
remolcando tal corpulenta ambición...
Sólo cabe una pregunta: ¿cuál es…cuál
es
la canción?

Fui feliz
en contadas piezas de este puzzle:
contigo
despierta
soñando
sin ti.
Después creí que crecí

¡ilusa de mí!

Eché un vistazo al entorno
y sólo pude ver polen, uni-versos atómicos
cantares codificados
abejas, lamparillas, ogros huérfanos
enamorados de la Luna
y cientos, cientos de colibríes…

Fui feliz y acaudalada
infiltrándome en la holgura, la conciencia
la cordura, la sensatez, el acierto
de caminar sola y mi alma, descalza
malherida, en el desierto
sabiéndome tan
pero tan
pequeña
.
.
.

‎Fui feliz al saber que nací de una flor
hija de una semilla de cebada
nieta del deseo
de una madre lumbrera...
Y después de navegar por los ríos subterráneos
subcutáneos,sanguíneos, logré sujetarme a una mariposa
para alejarme de todos los peligros.
Entonces pude ver de lejos
y tomé conciencia y fuerzas
para emprender esta batalla cotidiana
en el mundo de las cosas grandes.

-"Siempre fuiste feliz
siempre
viviste en otro mundo
"- dijo mamá
expeliendo ese aroma a gnosis, esa esencia tan suya.
No entendí del todo sus palabras...Suspiramos...
Me senté en uno de sus pétalos
y dormí como un oso
hasta la hora en que el rocío me despierta
con esos poemas perfumados
que huelen a jazmines de leche
a nimia y vulgar belleza
a júbilo en pizcas, a mañana.

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