jueves, 2 de agosto de 2007

Geo-gráfico


He vivido rodeada de legos
del alguacil al perro
de la perla en su ostra
a la orquídea, huésped de los troncos.
Todos
me han enseñado
algo de Dios. G.M.


En el valle del Señor
cunden pánico y amor:
los niños le arrancan la cola al burro en la www
los viejos ven nuevos atentados por tv
los tórtolos abrigan sueños en verano
los sistemas nos encierran en parques temáticos
los gobiernos cuelgan de un hilo de baba
la necedad y el enredo
han alquilado un monoambiente
las madres lloran a sus hijos en las plazas
los padres, como aves rapaces, vuelan bajo
los amigos festejan goles en contra
las abuelas se operan las arrugas
las quinceañeras se desvisten en la red
las monjas acortan los hábitos
los poetas oran por las rosas
los insomnes bregan por el pacto.

En el valle del Señor
la paja se ha separado del trigo
evidentemente
la pitón se ha tragado al Principito
las olas son fantasmas colosales
los miedos brincan en la tienda de disfraces
los desiertos aun esperan el diluvio
las bisagras avisan que ya es hora
y los cautos que te buscan
los que han dejado de llorar para emularte
han hecho naves, trajes, propulsores…
que funcionan de igual forma,
a energía solar
a fluidos de fe.

Del valle del Señor
puedo llevarme:
la certeza en la base
una firme razón medular
la destreza del viento
el ímpetu del fuego
el altruismo del agua
el vientre de la tierra…
Puedo llevarme
tu espada, Señor
“libre albedrío”
y el compendio quijotesco
del “Arte de la paz”.

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