by grace
Estos pastos
huelen a nosotros
son distintos pero pastos
como cada uno de nosotros
como cada pisada en el barrial
que no es chiquero.
Hoy discuten
hermanos entre sí
y unos pocos veganos
se abstienen
porque nadie, ni los sordos
les prestan los oídos.
¡Qué tristeza la del campo!
la del pobre que madruga
la del hijo de la tierra
que comulga con el alba su laburo
o el verso que no sabe leer, ni escribir
pero lo plasma.
¡Qué tristeza hay entre los yuyos!
A una mujer se le caen las lágrimas
por haber mandado a su hijo “a estudiar a Buenos Aires”.
A otra, se le perdieron los anteojos
y no puede ver, de cerca ni de lejos
el esfuerzo de la gente bajo el sol.
Hoy discuten
hermanos entre sí
y se ensañan al punto de rebuznar
que esta lucha “no es contra carne ni sangre”.
Y con la angustia en el pecho, el espejo sin efugio
muestra carne sobre carne, “ve” de vaca, sin laureles.
¡Qué tristeza hay en el fandango!
La tierra se seca debajo del asfalto
y de toda esta ignonimia.
Ya no alcanza el grito, el llanto, la miseria
hay que salir a paliar el hambre, hay que salir
a extinguir el fuego, esta vergüenza.
Hoy discuten
hermanos entre sí
más el cielo es el mismo cielo
en la ciudad, en el campo…
más el heno huele a heno y paz,
a un Dios omnisciente y olvidado.
jueves, 27 de marzo de 2008
Más el cielo es el mismo cielo...
Publicado por Unknown a las 11:59:00
Etiquetas: "graciela malagrida", "Vincent Van Gogh", "Wheatfield under a Cloudy Sky", art.com, campo, ciudad, Dios, poesía
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"Que esta lucha no es contra carne ni sangre"!!Graciela, un abrazo enorme te mando.
ResponderBorrarY yo a vos Lorena!
ResponderBorrarSi hay poco hilo en este carretel, que se corte por lo más fino sería lo mejor...la ignorancia, siempre la ignorancia.
Dios te bendiga