“Es como el horizonte cuando miramos el atardecer… “ Teresita Kozienko.
1
En la sucesión infinita
de letras maestras, una mujer
desdibuja la línea de su propio tiempo
y explica:
En toda recta hay dos puntos importantes
la partida, donde suelen levantarse banderas a cuadros
y la llegada, donde alguien, siempre
nos espera feliz.
2
Ella sonríe causalmente
y se vuelve líquida
para alimentar a sus ramales.
Ellos la miran
la absorben, la abstraen
y vuelven a la recta.
3
Propaga dulzura, zumbando
en la geométrica muestra
de la vida.
4
El viento empuja la recta
se esmera en alinear la lluvia…
y detrás de esas lágrimas
de Dios emocionado
una mirada oblicua, transparente
vigila nuestros pasos.
5
Al principio de la recta
Ella.
En cada punto
Ella.
Al final
descubrimos de su mano
qué tan bueno fue escalar el Everest
y cuánto mejor, regresar
volver a inicio.
6
Multiplicamos, sumamos
cuando el entorno dividido, resta
¿a quién debemos tanta sensatez
sino al Creador de constantes y variables
sino al paradigma del amor
hecho mujer?.
7
¿Cómo olvidar tu nombre?
nos enseñaste el cielo como emblema
¿cómo olvidar tu rostro?
si en los días aciagos es el sol
¿cómo trazar la recta sin tus pautas?
¿cómo es andar la vida
sin tu amor?
(bis)
En la sucesión infinita
de afectos
una lumbrera- mujer
desdibuja
la línea
del tiempo
.
.
.
¡Hermoooso Graciela! Muy emotivo e inspirado.
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