No me atrevo a descubrir tu desconsuelo.
Temo que al hacerlo, corte el llanto de los sauces
o tambaleen las aves en su vuelo
sin escalas a la gloria del desvelo. Temo echar a perder tu decisión
de amar a las sombras hasta convertirte en una.
Temo, derramar ritmo al elipsis
que hace tiempo te tiene arrinconado. Y no me atrevo
no, no…siquiera a reír como acostumbro
cuando me ves así, con esos ojos mustios
de rumiante degollado.
No me atrevo a describir esta alegría
anaranjada y azul, viscosa y perfumada
cuando a tu juicio, agoniza el cielo en el crepúsculo.
Pero insinuaré una cosa, tu nombre aun huele a rosas
a humeante infusión de madrugada... Y es extraño
te quiero a como dé lugar y doy lugar
a otro “te quiero” en la historia de nunca acabar.
PD: Por favor, excúsame, escúchame
tampoco me atrevo a eclipsar
ni por un instante el mandato de la luz
y me niego a serle infiel
a la euritmia indócil que me invade
cuando te veo venir, cuando camino hacia ti
o hacia el poema
…
Si temo perderte, me pierdo en el fragmento
el portento, el canto, el paso lento
de este ritmo animoso
que ha ganado su espacio en mi tiempo sin tiempo
en mi reposo, en mi sueño, en mi collado.
Por favor expéleme de una vez
amado mío, con naturalidad
sin culpas, despréndete
como el primer albor
lo hace con la Luna.
muito bonita e determinada. uma poesia que revela um sofrer com dignidade e antes com sabedoria.
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