y ahí estaban
todas las mañanas y las tardes
mirándome extrañadas
grisando sus miradas
con lluvia que caía
de un árbol de guayaba.
Ví a los habitantes de las hojas
de un libro
de un helecho
y comprendí
que estamos solos
eclipsando lunas
apagando soles
tan solos
como hongos...
En mi paraíso viven los recuerdos
de un rosal
de unas suaves manitas
y del verde lugar
que hay en tus ojos.
gracias x el comentario! no dejes de orbitarme!
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