Me dejaste doliendo los ojos el amanecer, la cama la carne del poema los pies de la mañana. Me dejaste claro el pacto de desamor, de mundo y sumideros. Me dejaste hablando por los dedos tontito condenado. G.M.
Que te puedo decir que no se parezca a un escudo? que una fractura siempre queda mal soldada que el retorno de la hoja al árbol es inútil que ni siquiera el viento quiere volver a pasar por estas mejillas insensibles? Hubiera preferido que no preguntes que enmudezca incluso tu mirada.
Sin embargo existe una manera de explicarlo:
No hay invierno más helado que el recuerdo de uno de tus besos.
Un girasol descuartizado sigue buscando su estrella. Una mujer devastada sigue dando a luz la luz. Un hombre desvencijado sigue cargando el mundo sobre sus hombros. G.M.
